viernes, 14 de diciembre de 2007
Los Aztecas:
De forma general, llamamos aztecas a los habitantes de los territorios conquistados por Hernán Cortés, aplicándolo, por tanto, ese término no sólo a los propios aztecas sino también a los mexicanos.
Los aztecas fundaron la ciudad de Méjico, donde se establecieron.
La cultura azteca se caracteriza por ser buenos en la administración, de hecho, basaban la división de su territorio en 38 provincias tributarias y su organización social era una estratificación piramidal.
En lo alto de esta pirámide se encontraban los Nobles y los Sacerdotes. Después de éstos, estaban los mercaderes y los guerreros. Por último, en la base de la pirámide, se encontraban los labradores y después los esclavos.
Los principales cultivos que practicaban los aztecas eran el maíz, la fruta, el tabaco y las chiles.
Los aztecas hablaban una lengua llamada náhuatl. La escritura mezclaba pictogramas, ideogramas y signos fonéticos. En sus escritos queda reflejada su propia historia, geografía, economía, religión, etc.
Algunos códices han perdurado a lo largo del tiempo como es el caso del Códice Borbónico. Se trata de un libro-calendario con dos partes, la primera un libro de los destinos, llamado tonalamalt y la segunda las fiestas de los meses, xiuhpohualli.
En la sociedad azteca, el emperador tenía poder ilimitado, que abarcaba todas las cosas y todas las personas. Junto a él, los guerreros y sacerdotes formaban el grupo social de mayor poder. Los guerreros eran el principal apoyo del emperador y permitió la creación de un imperio muy poderoso pero aislado políticamente.
La mayor parte de la población eran artesanos, agricultores, servidores públicos, etc., que se organizaban en grupos de parentesco llamados calpulli.
Apenas había grupos sociales intermedios. Aquí podemos situar a los comerciantes enriquecidos de la capital, que conseguían ascender intercambiando sus riquezas por prestigio en las fiestas que organizaban y ofreciendo alguno de sus esclavos como víctima de un sacrificio ritual.
También había esclavos que se utilizaban para el trabajo agrícola, el transporte, el comercio o el servicio doméstico. Algunos de los esclavos se encontraban en esta situación de forma temporal, hasta que pagaran una deuda o una condena. Otros eran prisioneros de guerra que podían ser sacrificados a Huitzilopochtli.
En el plano sexual, sólo existían dos formas de relaciones sexuales permitidas: las que tenían lugar dentro del matrimonio y las de guerreros solteros con sacerdotisas dedicadas a la prostitución ritual. Estas últimas se consideraba que estaban protegidas por la diosa Xochiquétzal. Estas relaciones siempre se mantenían antes de que los guerreros partiesen a la batalla. El adulterio, por otra parte, era severamente castigado. Cada aspecto de la vida sexual estaba asociado a un dios diferente.
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